A más de 4 meses de encierro y en vísperas de la próxima audiencia de apelación, la esperanza de salir no se ha abandonado. Desde la cama del hospital imagino la pseudolibertad fuera de la prisión, algo que llegará tarde o temprano, inevitablemente; esa es la suerte que esperamos la mayoría de l@s pres@s de todo tipo, sin que eso sane el dolor de lo que implica estar aquí.
5 años 9 meses de encierro es lo que el Estado quiere que le pague, claro ejemplo de su violencia, legitimada jurídicamente y que se dirige principalmente contra disidentes y excluíd@s. Pero como me escribió un amigo, aún con todo eso “sabemos lo que somos, sabemos lo que hacemos y en eso debemos confiar”: somos soñadores firmes, incorregibles e incorruptibles.
[…] Traduit par les trois passants Correction Val Source […]